UNA PLAYA EN MEDIO DEL PARAISO...

...Y ya por la mañana, después de todo lo vivido el día anterior, de todo lo sentido, cuando el cansancio ya hace mella, después de llevar muchos días sin dormir, de deberle a la noche muchas horas de sueño, y a la luna muchas explicaciones..., ya por la mañana, con lluvia, con niebla, y con menos frío del que pensaba, iniciábamos (pensaba yo), el descenso de emociones, tocaba ya simplemente, poner el reloj en cuenta atrás, para de nuevo en el "Polar Express", iniciar el regreso a Madrid.
Entre charlas, risas, comentarios, y preocupaciones sinceras, y hechas con sinceridad, aparcamos en un aparcamiento inusual, donde no solo habita el asfalto, sino que vive en complicidad con la hierba, de repente, sientes que algo nuevo va a pasar...
Según avanzas por la calle...llegas a la ventana donde ves que...la magia realmente existe, la vista no te alcanza a ver, todo lo que tus pupilas quieren retener, quieres tener una vista global, en semicirculo, y notas que a tu espalda...ya no hay mundo.
Pero cuando crees que ya esta todo...que esa bocanada de aire, ha entrado en tus pulmones, y a llenado de buenas sensaciones tu interior...una voz te dice...ven..., vamos a la arena, y según bajas, y según avanzas, y según te acercas, te vas llenando de fuerza, de vida, y...curiosamente..., empieza a llover, dicen que ahí llueve mucho, y dicen que no toda la lluvia, moja el suelo, pero si la arena, y que esa lluvia, proviene de distintas nubes, y tambien de diferentes ojos...
Pero el tiempo, la situación, y el no querer hacer mas mágico el momento, hace que según te alejas...sea imposible no volver la vista, volver a mirar al paraíso, porque las sensaciones son mágia, y es que, los distintos lugares que existen en el mundo, son especiales, dependiendo de las circunstancias, y este, lo es por si solo...
No me extraña que quieras vivir ahi, no me extraña que a veces, se moje la arena y no el suelo, y que caiga, de los mismos ojos, no me extraña que solo se necesite una manta, sentarse, y... mirar..., mirar a un mar encabronado, que transmite tranquilidad, no me extraña, que la gente se desplace en tablas por encima de el, porque meterse en su interior causa respeto, pero no por lo peligroso, sino por lo que puede llegar a decirte, no me extraña que te llene de vida..., porque te dice las verdades...
Gracias por querer compartir conmigo, algo exclusivo a gente especial, por dejarme pasar, donde solo entran, los que poseen ese carnet de gente especial, y a mi, sin poner siquiera la foto en ese carnet, me enseñaste que..., existe una playa..., en medio de un paraíso.
Y seguía lloviendo, y la lluvia hizo que todo se volviera gris, y los grises se volvieron colores, y los colores risas, y la risa complicidad, y la complicidad sinceridad, y la sinceridad preocupación...
Y tocaba coger el" Polar Express", el tren que me llevaba de regreso a Madrid, y mirando por la ventanilla...no veía, ni arboles, ni frío, ni nieve, ni edificios, ni niebla..., seguía viendo ese mundo, seguía sintiendo esa fuerza del mar, esa bruma flotando en el aire...
GRACIAS POR REGALARME ESE TROCITO...